| 2022
FLOW es una intervención artística de María José Romero (Ciudad de México, 1970) que consiste en una obra de carácter monumental, específicamente diseñada para un skatepark ubicado en los Jardines del parque Papagayo de Acapulco, Estado de Guerrero, México.
Esencialmente pintora, Romero trabaja desde el lenguaje de la abstracción. Su apuesta se basa en la creación como una experiencia muy impulsiva, incorporando al propio cuerpo en la acción de pintar, casi una experiencia performativa, lo que les transfiere a las formas una poética muy particular, orgánica y fluida. En este sentido, sus pinturas y dibujos están generalmente basados en la línea curva, un elemento formal que ha definido su elegante y sutil trabajo.
Precisamente, son estas características muy determinantes en la definición y la naturaleza de FLOW y en la trascendencia de esa propuesta de arte público. Para la concepción de esta pieza, María José Romero modificó el tradicional trabajo en solitario del pintor en su taller y comenzó una práctica colaborativa, no sólo con los arquitectos y diseñadores de la pista, sino con los patinadores: sus principales usuarios.
En este ejercicio de participación (bastante inusual en el ámbito de los pintores contemporáneos) es donde radica la eficacia pública y ciudadana de esta intervención, totalmente inédita en México, pues es resultado de un original diseño que obedeció en buena medida a su naturaleza colectiva y democrática. Basada en la línea curva que define el trabajo de Romero, el gesto abstracto de la pintura se funde con el performance de los skaters, quienes trazan con sus patinetas unas imaginarias líneas en la pista. Es igualmente relevante comentar que FLOW es de una importancia capital por cuanto renueva y actualiza, desde las prácticas artísticas contemporáneas, urbanas y ciudadanas, la pintura mural de alcance público: tradición de gran relevancia en la historia del arte mexicano.
Carlos Palacios, 2022.